Aunque Jorge Sapag se define como aliado del gobierno nacional y no como “una extensión”, según palabras de sus allegados, la pelea por el control de los yacimientos y el precio del gas tensó como nunca su relación con la Casa Rosada.

Es que el gobernador de Neuquén se topó con un problema mayúsculo: por el retraso en el precio del gas que se paga en el mercado interno, cayeron también las regalías por ese hidrocarburo, que son del 12% de las ventas.

Mientras hace unos años representaban la mitad del presupuesto y ahora son sólo un tercio, casi el mismo dinero que recibe por coparticipación y por recaudación propia.

La consecuencia no se hizo esperar. Como Daniel Scioli, Sapag no tuvo el dinero para pagar los aguinaldos a tiempo y debió esperar al 19 de julio para depositarlos. También emitió una letra de deuda, que aún debe ser esperar el aval de la Casa Rosada.

“El gas en boca de pozo está 2.5 dólares, muy por debajo de los 11 que recibe Bolivia, que se negó a negociar una baja. Si fuera al menos 6 dólares hubiéramos recibido 10 mil millones en los últimos 5 años, nada menos que un presupuesto entero”, se lamentó Luis Sapag, diputado provincial del Movimiento Popular Neuquino y primo del gobernador. "Está negociando un aumento con Cristina y De Vido, pero no hay novedades", se lamentó.  

La pelea de Sapag por el precio de gas en boca de pozo es vieja, sólo que nunca la había dado con tantas urgencias económicas en su provincia. Tanta es la urgencia que el gobernador habría viajado este lunes a la Casa Rosada a buscar soluciones.

Ya en 2009 el diputado José Brillo le pidió explicaciones al entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández.

“Si el barril de petróleo costaba 20 dólares y el millón de BTU, 1 dólar, se podía establecer una correlación; es decir, si el barril de petróleo está a 60 dólares, el millón de BTU se ubicaría en los 3 dólares. De esa manera se resolvería la situación”, propuso. Pero la cifra nunca se movió.

El propio Brillo volvería al ataque con el tema en las próximas semanas, si es necesario, con proyectos propios que impulsan una suba de los precios internos.

Por si fuera poco, la pelea se mezcló con la nacionalización de YPF impuesta por el gobierno nacional, que cambió los planes del yacimiento neuquino Vaca Muerta, una de las mayores reservas mundiales de shalle oil, como se denomina al petróleo no convencional.

De un plumazo, Cristina reglamentó la ley de estatización con un decreto que, también, creó una comisión liderada por Axel Kicillof encargada de controlar los precios y las inversiones internas.

La última de estas atribuciones tomó por sorpresa a Sapag quien tiene su propia empresa de petróleo dedicada a buscar inversores, llamada Gas & Petróleo de Neuquén (G&P).

Fue creada en 2007, cuando las provincias obtuvieron control de los yacimientos y con la idea de avanzar en el mercado petrolero en sociedad con las principales firmas del sector.

Así lo hacen con varias de las empresas que extraen gas, como son Petrobrás, Total, Austral y Pan American Energy, entre otras.

Y la expectativa es mucha. En los próximos cinco años caducan13 adjudicaciones de bloques que pasaron desapercibidos por YPF, que son prospectos interesantes de Vaca Muerta, debido a su acceso a la ventana de shale oil.

Sapag quiere controlar esas explotaciones y para eso estuvo la semana pasada por Estados Unidos y contó con la asistencia del embajador argentino, Octavio Argüello. La idea, cuentan en Neuquén, sería cotizar en la bolsa de Toronto, Canadá.

“Si a la planificación es indicativa no habría problemas. Pero si es imperativa si. Genera un problema porque la potestad de dar la concesión y de retirarla es de la provincia”, aclaró el diputado Sapag.